El manillar I
La posición: Dentro de los principales factores que intervienen para cambiar el manillar de nuestra bicicleta podemos citar que lo hacemos en la búsqueda de una posición diferente, la misma que ha de ser inherente al tipo de ciclismo que practicamos. Si la bici es utilizada como medio de transporte, tal vez elijamos una posición más erguida para así realizar menos esfuerzo con manos y brazos, a la par de poder ir más confortables con la indumentaria de trabajo (que no siempre es igual de cómoda que la de ciclismo). Por el contrario, si la utilización que le damos es mayormente deportiva, nos convendría dotar a la bici con un manillar que nos permita posicionarnos con un mayor perfil de aerodinámico, cosa que nos permitirá alcanzar mayores velocidades.
El tiempo de conducción: Es conveniente contar con un manillar que nos permita frecuentes cambios en la posición de las manos, ya que esto previene el adormecimiento, el dolor en los brazos y posiblemente hasta probables lesiones. Para esto necesitaremos contar con un manillar Cambiar la posición de las manos con frecuencia previene y atenúa el adormecimiento y el dolor de las manos y antebrazos.
El tipo de terreno: Si pensamos "rodar" por terrenos complicado, es recomendable la utilización de un manillar más bien largo, lo que permitirá una mayor maniobrabilidad; Si el recorrido será para ir de la casa a la oficina o mayormente urbano, lo más recomendable es un manillar que nos permita asumir una posición erguida, así no sobrecargaremos de esfuerzo ni brazos ni manos. Si la idea es discurrir por carreteras pues lo ideal sería un manillar que nos permita alcanzar un adecuado perfil aerodinámico.
No se deja de pedalear cuando se envejece…. Se envejece cuando se deja de pedalear
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