Sistema de suspensión posterior

Para explicar las bondades y/o falencias del sistema de suspensión posterior de la bicicleta debemos empezar considerando la principal función del sistema:

Lograr que las ruedas estén la mayor parte del tiempo en la tierra  obteniendo así mejor tracción y control de la bicicleta. 

Dicho lo anterior debemos ahora considerar las partes fundamentales de cualquier sistema de suspensión:

Resorte: Se conoce como resorte a un operador elástico capaz de almacenar energía y desprenderse de ella
sin sufrir deformación permanente cuando cesan las fuerzas o la tensión a las que es sometido.

Elastómetro (se suele utilizar en reemplazo del anterior): Los elastómetros son aquellos tipos de compuestos en los que están incluidos no metales en su composición y que muestran un comportamiento elástico

Amortiguador: Puede ser de Gas o aceite: El amortiguador es un dispositivo construido con un eje cromado y dos tubos de acero (uno dentro del otro). Al tubo exterior se le denomina tubo de reserva (lleno de aceite). Al interno, tubo de compresión. 

En un extremo, el eje de acero tiene el apoyo que se ancla al vehículo. En el otro extremo se le monta un pistón, que siempre se desplaza a lo largo del tubo de compresión, el cual presiona o succiona aceite que fluye a través de válvulas instaladas en el tubo de compresión, y tiene por principal función la controlar los movimientos del resorte o elastómetro, evitando rebotes y compresiones innecesarias. Cabe señalar que existe multiplicidad de diseños y que cada uno de ellos se encuentra pensado para un determinado uso.

El sistema más conocido en el ciclismo es el Pro Link, que consiste en una sola suspensión posterior.

En el mercado el existe multiplicidad de diseños y modelos, siendo los más comunes aquellos de bajo costo que solo ofrecen un resorte con regulador de compresión y que de poco o nada sirven para el logro del objetivo buscado. Aquellos que cuentan con el complemento de un amortiguador (ya sea de gas o aceite) ofrecen las prestaciones buscadas, aunque no son muy económicos son plenamente recomendables para el downhill.

Tuve la ocasión de analizar una bicicleta con suspensión posterior (resorte con regulador de compresión y sin amortiguador).
He de comentarles que cuando realicé las pruebas correspondientes  no percibí ninguna aportación real hacia la conducción de la bicicleta, pero sí algunas notorias desventajas plenamente perceptibles:

  • En aquellos instantes en que por alcanzar mayor velocidad, le imprimía mayor fuerza los pedales, se hacía notoriamente  perceptible un movimiento vertical que me sacudía de arriba hacia abajo, este vaivén era fruto de mi propia energía, ya que, por carecer la bicicleta de un amortiguador, parte de la fuerza que le daba al vehículo se iba en generar este inútil movimiento vertical en lugar de proporcionarme mayor movimiento horizontal (desplazamiento).

El resultado: Pérdida de avance y mayor consumo energético.

  • Posteriormente noté que, debido a la posición del resorte, cada vez que había compresión en el citado componente se acortaba la distancia entre el eje del pédalier y el sillín, haciendo con esto que mi pedaleo no fuera circular, esto podría acarrear posteriores lesiones en las articulaciones.

He podido ver otras configuraciones de suspensión posterior, pero en ellas se ve afectada la distancia entre los platos y el casette de piñones. En realidad pude determinar que el punto exacto en el que debe ir el punto pivot de la suspensión es el propio cubo del eje del pédalier.

Luego de todas mis consideraciones se optó por cambiar el cuadro de la bici hacia uno rígido, y por colocarle una horquilla delantera con sistema de suspensión completo (resorte mas amortiguador) que cuenta con blocaje al 100%, logrando con esto una bicicleta que  va muy bien cuando se conduce por carretera  y que cuenta con un excelente "agarre" en los caminos de crosscountry y singletrack. No es recomendable para grandes saltos debido al rebote que produce la parte posterior por la falta del sistema de suspensión.

Cabe señalar que existen demasiadas leyendas urbanas en el mundo del ciclismo, y la gran mayoría son generadas por empresas que venden tal o cual producto.

Allá por los finales de 1970 y principios de 1980, los cuadros de «cruisers» (tuve una de origen Checo de marca Eska, sin cambios y de freno contrapedal) fueron la base para la bicicleta de montaña de reciente desarrollo, antes de esas épocas andabas en bicicletas de paseo o en pisteras; yo lo hacía en la segunda y les comento que nunca tuve problema mecánicos por meter mi bici en tierra, al punto que era asiduo practicante de cross country metiéndola por zonas apenas carrozables y hasta por caminos de herradura.

Pero debo reconocer que sí existía un inconveniente y era que la bici pistera se atollaba con mayor facilidad que actuales montañeras (debido al grosor de la llanta). Salvo ese detalle... no queda más que decir.

Actualmente te venden la necesidad de que la bici sea específica para montaña, suspensión delantera con blocaje, frenos hidráulicos de disco, suspensión posterior, cambios sincronizados, aleaciones especiales, etc. Seguirán saliendo nuevos productos...  y nuevos mitos.

Ojo al parche, que no les vendan lo que en realidad no necesitan.

Por todo lo anterior es que en "NUEVAS TECNOLOGÍAS recomendamos estar muy conscientes del uso que se le dará a la bicicleta para evitar sobrecostos, desventajas y sobrepeso adicionales.

En el idioma chino la palabra crisis se escribe con dos ideogramas, uno significa peligro y el otro oportunidad.

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