Frenos de disco en bicicletas para carretera

Resulta sumamente interesante  conocer como es que el sistema de frenado por disco y pastilla aun no haya podido llegar para quedarse al ciclismo de carretera, sobretodo por el hecho de encontrarse ya vigente  en la mayoría de bicicletas de montaña. 

Uno de los factores que, hasta el momento, impide la aplicación de los frenos de disco en las bicicletas de carretera es la temperatura; Considerando que el diámetro del brazo de la horquilla en MTB es mucho mayor que en carretera se hace evidente que cuenta con mayor capacidad de disipación térmica si la comparamos contra su par en una bicicleta de carretera

Imaginemos  el cáliper calentando hasta unos 150º C en una bicicleta de montaña durante una frenada:

Al contar el vehículo con horquilla delantera de metal y de mayor diámetro que las  que corresponden a las bicicletas de carretera, la temperatura generada es fácilmente asumida y disipada por la horquilla, mientras que, en el caso de las bicicletas de carretera las horquillas cuentan con un diámetro ostensiblemente menor que las de MTB y por lo general se encuentran fabricadas en fibra de carbono (material con escaso poder de disipación térmica) la temperatura es transferida a la horquilla y ésta, al ser de carbono, no puede disipar el calor de manera eficiente por lo que queda expuesta a  deformaciones, al debilitamiento en su estructura y hasta a probables y posibles fracturas; habría que conseguir que generen menos calor o que éste sea disipado de manera adecuada.

Otra de las causas de la no aplicación de los frenos de disco en las bicicletas de carretera es la elasticidad propia de sus horquillas  y el alto poder de enfrenamiento del disco; esta combinación conlleva a que la bicicleta tienda a girar hacia el lado del disco, pudiendo producir deformaciones y hasta serias fracturas en la horquilla con los riesgos que tal situación conlleva. 

Adicionalmente tenemos el incremento de peso que implica la utilización de estos nuevos sistemas

No obstante, una de las mayores ventajas que tiene el freno de disco es la gran potencia de frenado que

posee, cuestión que en montaña es realmente útil y beneficiosa pero en carretera no llega a ser realmente importante debido a que apenas se requiere tanta potencia de frenado.   

Por otro lado  que las prestaciones que ofrecen no son lo más óptimas de cara al ciclismo profesional debido al tiempo que conlleva cambiar de rueda, y a los ajustes que se deben aplicar en el sistema.

Pero no todo es negativo, los frenos de disco cuentan con  varios puntos fuertes, que pueden llevarlos a  ser considerados como una opción. Uno de ellos, es que a través de los frenos de disco hidráulicos se obtiene mayor seguridad en carreteras mojadas o altas velocidades (situaciones de descensos) debido al que el freno se acciona contra el disco y no contra el aro preservando, a éste último, de desgaste y recalentamiento en sus paredes.

En cuanto a los problemas generados en la horquilla, se vienen  encontrando diversas soluciones. Una de ellas, es modificar el diámetro de los discos, situándose ahora entre los 120 y 125 mm, reduciendo así las fuerzas de enfrenamiento en la horquilla hasta casi en un 50%  por tanto, las deforma mucho menos y no llega a comprometer la seguridad y estabilidad del ciclista en carretera. 

Ahora bien, el simple cambio que ha sido introducido genera una nueva ventaja y es que teniendo en cuenta que se reduce la fuerza de frenada a la mitad, se hace lógico pensar que también el calor generado por la fricción es menor, lo que permite su fácil disipación en la horquilla  sin que exista ningún riesgo de alterar o fracturar el material.

Aun queda mucho trecho por recorrer en el desarrollo de estos sistemas, pero queda claro que será el tiempo y la tecnología los que resolverán esta cuestión teniendo en cuenta que  ello habrá de significar una mejora en cuestiones de seguridad, fiabilidad y mantenimiento. 

Quien tiene la voluntad tiene la fuerza.